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-Miranda!...- gritaba la madre de la joven. –que quieres madre? Acaso no sabes que quiero de mi futuro?
-por dios, calla
-no uses el nombre de dios madre…- decía la joven mientras preparaba sus maletas.
-eres una Vautrin Fürstin en tus venas corre la sangre de una Vautrin Fürstin, no puedes así como así abandonar todo lo que eres
-si que puedo, crees que me gusta verte a ti dando todo por Marie? Eh? Crees que me gusta verte adorándola por ser una princesa?
-hija, sabes que eso no es así…
-entonces dime, acaso te diste cuanta de que existo?
-Miranda!, claro que se que estas aquí a mi lado, y quiero que eso siga siendo así…
-sabes muy bien que eso es mentira… te quedaras con migo hasta que deshaga mi maleta, luego volverás a la habitación de Marie, a ver como va su vestido de novia… no seas tan descarada madre…
-no voy a permitir que me hables así!...
-podría hablarte como quisiera, simplemente serian palabras de un desconocida para ti…- entonces las interrumpe su padre –Miranda… a caso que haces?
-me voy de aquí…
-piénsalo bien… eso es lo que quieres?
-eso y mas…
-a caso no te alcanza con todo lo que te hemos dado?
-el dinero no es le problema, de que me sirve tanta riqueza y lujuria si lo único que he querido en esta vida es una ínfima muestra de amor que viniese de ustedes… de que me sirve tener el mejor vestido, los mejores zapatos, si solo quiero los mejores padres, y créanme, ustedes no entran en esa categoría…
-niña estas tan equivocada, por que crees que te nombrare condesa entonces? Te cederé mi poder a ti!...
-jaja… que ironía padre… sabes una cosa? Puedes quedarte con tu poder, no me interesa…
-y a donde es que piensas irte? Eh?
-a donde siempre eh debido estar… con abuela Helen
-Helen? Por dios, la mujer esa esta tan loca como una vaca, deja de decir estupideces y desarma tu equipaje, que debemos ir a comer!... el príncipe llegara pronto!- Miranda se sentía tan idiota, tonta, por no poder enfrentar a sus padres, solo tuvo que ceder y dejar todo –ves querida esposa? Me parece que a Miranda le falta algo de disciplina, la cual debería de haber estudiado desde que empezó con sus clases, y no esas tonterías de arte, los músicos tocan el piano, los dibujantes la pintura, Miranda, Miranda solo debe ser lo que es, una condesa…- dijo el padre de la joven.

-y bien, William… sabemos que el principado es una tarea difícil…- conversaba la madre con el joven príncipe, que estaba en la mansión de los Vautrin Fürstin para conocer a su futura esposa. –si, si bien, mi padre quiere que de el cien por cien de mi para cumplir con mi deber, a veces me escapo un ratito para darme tiempo a mi mismo, encontrarme, y pensar que es lo que estoy haciendo mal…-.
Estaban todos en la mesa, y el príncipe seguía hablando, -si, me gusta montar a caballo, espero que a Marie le agrade. Es una de mis actividades favoritas.-
-claro que si, príncipe William, esas son cosas dignas de la realeza…- reía tímidamente Marie –menos mal que ella sabe lo que es digno de la realeza, hay cierta clase de personas que no saben lo que es bueno, y deciden inclinarse a cosas que no están destinadas, la música por ejemplo… en cambio Marie, es digna del cetro, realmente ella nació para ser princesa, lo supe desde el primer momento en que la tuve en mis brazos… ser condesa es algo menor comparado a ser princesa… ya saben, son mayores las responsabilidades, hasta podrían haber problemas, entonces una princesa tiene la inteligencia suficiente como para resolver esos problemas, no creo que una princesa pierda su tiempo pintando y hablando con los pájaros o no?- decía el padre de las jóvenes, mientras todos sucumbían a la risa, menos una chica, y esa era Miranda, después de escuchar lo que su padre decía, como no querer irse de allí?. Entonces esa era la gota que rebalsada el vaso, Miranda se levanto y corrió a su habitación.

-que es lo que haces?- le pregunto su madre –que crees, me largo de aquí
-no seas tonta Miranda, sin nosotros no eres nada
-prefiero ser nada a que mi propio padre me diga indirectamente que soy una inservible…
-entonces vete, haz lo que quieras, después de todo eras un problema para esta familia…
-bravo! De una vez por todas admitiste no quererme…
-realmente no me importa, sabes muy bien Miranda, si te vas renuncias a todos tus deberes, y poderes…
-entonces declinare, no me interesa
-y no serás una Vautrin Fürstin?
-no me importa… desde ahora en mas ese apellido significara la perdición par mi…- Miranda tomo finalmente su maleta y a su pequeña gatita (Skipy) en brazos y se marcho de ese lugar, decidida a no volver jamás.
-entonces será mejor así… no veía la hora de que te vallas…- masculló su madre entre dientes.

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