12

-han pasado dos meses, dos meses, y Bill no ha regresado…-decia Tom mirando hacia la ventana, es que las esperanzas de encontrar a su hermano eran nulas, ningun hermano se hiria por dos meses sin previo aviso, pero Tom tenia esa vaga esperanza, tal vez habia tenido un accidente, alguien lo encontro?... que seria del destino de Kaulitz?
-Tom!, ven, rapido…- susurraba la joven Stef desde la ventana, Tom dejo su taza en la mesa y salio, tal vez puede ser Bill…
-que pasa Stef?...- preguntó el muy exaltado –mira, ahí, esta el conde ese…- dijo indicando con la cabeza, el conde ese, no era nada mas ni nada menos que Georg Listing, y su compañero, Sir Gustav Schäfer.
-que querrán ahora?...- dijo Tom en voz muy baja –no lo se, pero mira esa lista, crees que nos preparemos para la guerra?
-espero que no…- respondió el, entonces, Listing se le acerca –buenos dias, campesino, puede usted decirme su nombre?
-Tomas Kaulitz
-como dijo?
-Tomas, Kaulitz…- el conde lo miro con cara rara, se dio media vuelta y llamo a Gustav –mire Sir Schäfer, le presento, el es el campesino Kaulitz Tomas…
-raro nombre para un campesino… no cree usted?
-por supuesto…- Lsiting y Schäfer se fueron, dejando a Tom y a Stef parados alli –que habran querido decir?...- dijo ella dandose la vuelta, pero comenzo a correr, -no!...- decia gritando, Tom reacciono ante el grito de la muchacha, y fue a ver lo que pasaba.

-pero, es que, no pueden hacer esto…- decia ella, mientras veia como los soldados quitaban las cosas de su casa, -es orden del rey…- dijo uno llevando una silla –pero, madre!...- Stef estaba desconcertada, desde cuando el rey hacia esas cosas?
-mire muchacha, sera mejor que encuentre un lugar para vivir cuanto antes, y mejor que sea seguro, el rey esta tomando medidas…- dijo otro soldado.
-pero, esto es imposible!...- reclamaba Tom, -sera mejor que te calles, cuida a Stef…- el padre de la joven estaba siendo llevado, la madre tambien, a donde? Nadie sabía realmente, algunos comentaban, para ser servideumbre y otras cosas. Asi como Stef, cuatro familias mas fueron victimas de lo mismo.

-Tom!...- decia ella, llorando, el joven solo la abrazaba, ante la autoridad del rey que podrian hacer?, entonces se les acerco Edward Bones, -señorita Galez a donde llevan a sus padres?- preugnto el hombre –no lo se… y me quitaron todo…
-sin duda, habra una guerra…- Edward exclamo y continuo –a mi pobre hija tambien se la llevaron…-
-que?..., entonces…
-quien sabra que es lo que hagan de ella
-y si la usan como pago?- dijo Tom
-pago para que?...- el señor se preocupaba –a los del otro reino… para que no haya guerra…
-dios mio… Ailen…- el hombre no podia hacer mas, nadie podia hacer nada…

-usted señor Bones, en donde se quedara?- estaba oscureciendo, -no lo se… solo pienso, en mi hija, solo quiero que este bien- es que a Bones le habian quitado todo, ahora Tom ofrecia su casa, para no estar solo, y al menos poder compartir el dolor de la perida, y pensar en algo.

-si Ailen, si tan solo la llevarian al castillo, como servidumbre… tu podrias ir a verla Kaulitz
-yo?...- respondia el joven sirviendo en unos jarros jugo –claro, Tom, tu puedes ir al palacio!- decia la chica alegremente –pero, yo?
-mira, si te enlistas en el ejercito, puedes ir al castillo, la joven Galez no puede, ella es mujer, y yo… yo ya estoy viejo para esas cosas
-Tom, solo piensalo, si Bill desaparecio, tal vez lo hayan llevado como a mis padres y a Ailen!- por fin habia una respuesta, algo que le diera mas esperanzas a Tomas Kaulitz.

11

-Alex, por favor, me alcanzas aquella taza…- decia su abuela que estaba sirviendo el te, -ten…- Alex se la puso en la mesa –porque tienes esa cara? Acaso te pasa algo, quieres volver con tus padres?
-eso no, que dios no lo permita…
-entonces, estas algo triste
-si… abuela, tu crees que un noble caballero pediria mi mano alguna vez?- la señora sonrio y le paso una taza –claro que si… pero no esperes a que venga y toque la puerta…- entonces, alguien llamo a la puerta. Alex se levanto y fue a ver quien era.

-buenos dias, estoy buscando a la señora Helena Veltheim…- pregunto un joven con una lista en sus manos –ah… si, adelante por favor…- dijo ella, como sorprendida.

-Bill Kaulitz!... estas echo todo un caballero…
-y usted, cada dia mas joven señora Helen…- ella reia por lo que decia Bill –por favor, ven toma asiento, no creo que a mi nieta le moleste que compartas el te con nosotras…
-no, claro que no!, es mas, voy a traer una taza para el joven…- dijo ella yendo hacia la cocina, en donde estaba una chica que vivia en la casa Veltheim, la chica esa, no era sirvienta, mas bien Helen la concideraba como alguien mas de la familia, la chica era Steicy Taub, pero todos le decian Tey.

-ah, veo que el joven Kaulitz ha venido…- decia Tey –lo conoces?...- preguntó curiosa Alex –claro que si, la abuela Kaulitz y tu abuela son grandes amigas…
-y… a que se dedica ese tal Bill Kaulitz?
-pues… es hijo de Simone Kaulitz… ella posee grandes tierras, pero creo que al joven Bill le han dado el titulo de conde, asi puede gobernar las tierras cercanas a su territorio, el rey le dio ese poder…
-entonces, es de una muy buena familia…
-claro, es que cuando Helen era princesa, y abandono el cargo por el amor de su vida, su amiga no se olvido de ella…
-la abuela de Kaulitz
-exactamente… desde ese entonces Bill ha venido a visitarla, y a traer los papeles de pago y todo eso… ya sabe como son los cargos esos, gobiernas un territorio y el rey quiere que andes haciendo las cobranzas y el resto de las cosas…- Alex tomo la taza y fue hacia la mesa.

-y bien, Bill, que estas haciendo por aquí?
-aparte de recaudar lo que el rey me pide… vine a visitarla
-eh escuchado por ahí, habra guerra?
-todavia no sabemos, eso es algo que el rey ha tenido en secreto, lo que se es que esta buscando un esposo para su hija
-para Annet? Pero si ella estan quisquillosa, no querrá a un joven cualquiera
-y el conde Listing me ha informado que hay un principe en la mira
-principe? Todavia quedan solteros?
-al parecer este si, lo unico que se, es que es de una tierra llamada The Valley
-The Valley? Existian esas tierras?
-yo creo que si, todavía hay un mundo entero por descubrir…

-y tu Bill?...- preguntaba la señora –yo que?...
-cunado te casaras? Tu madre ya a elegido a una bella dama para ti?
-eso es lo que quiere, pero hará con estos problema no me conviene casarme… y si lo hago, quisiera al menos conocerla un poco, que tal si muero en la guerra, que seria de ella?
-eres muy considerado…- por fin hablo la joven Alex –digo, al querer que su futura esposa lo conosca…
-y desearia que ella se enamorase de mi…
-ves Alex, todavía quedan nobles caballeros que vienen a tocar la puerta…- Bill sonrió tomando un sorbo de te, -bueno, creo que ire a recostarme, estoy un poco cansada, y los años no vienen solos… Alex, puedes luego despedir al joven…
-que descanse…-dijo amable Bill, y se quedo con la chica aquella, que al parecer era bastante timida, pues no hablaba demasiado.

10

-orden! Orden!...- golpeaba su mazo el juez de la corte –por favor señores!...- es que los ministros de la corte estaban haciendo escándalo en la sala –orden!...- dijo un hombre tomando un arma de un soldado y apuntando hacia arriba la disparo –que no entinden que cuando dicen que es orden es orden!?...- ese era Franz Smith, primer ministro de la corte –vamos Franz!, tu tambien calmate, y si hay mucha razon, en lo del orden…- el juez se sentaba por fin, y los demas se pusieron en sus respectivos lugares –como ya habiamos hablado, hasta que la hija del rey no se case, no podemos hacer nada, somos vulnerables
-pero con quien se casara la Annet si ninguno de aquí, o de los al rededores es un buen candidato?- preguntaba otro ministro por ahí -no querras decir que el dinero nos falta?...- respondió Franz –habra que buscar en el extranjero…- uno mas decia –y que tal si lo del dinero es todo falso?...- habia entrado a la sala el Conde Listing –Listing, usted que hace aquí? Y a estas altas horas de la noche?
-no solo yo, tambien me acompaña Schafer, venimos a comentar un plan que creo que les gustara, pero claro esta, el rey no deberia de enterarse de todo esto… nos decapitara…
-Georg Listing, tan astuto como su padre
-a diferencia, Franz Smith… mi padre tenia el sueño, pero no la ambicion… yo poseo ambos…
-entonces soy todo oidos, ah y en donde esta Schafer que no lo veo…
-aquí…- Gustav entraba a la escena –pero antes… quiero que firmen esto…- dijo mostrando unas hojas, escritas por el mismo
-Schafer… que insinúas? Que seremos unos chusmas eh iremos a contar todo?...- el juez se paraba de su estrado –puede que si, puede que no, nunca se sabe quien es el traidor
-enotnces… lee lo que de tu puño y letra has escrito –si me premiten…- Schafer se puso en medio de todos, para que asi pudiesen escucharlo mejor…

Dos días antes…

-Georg Listing… que agrado tenerte por aquí…- dijo Gustav al ver que el conde entraba a la casa –mi buen amigo… Sir Gustav Schafer…- los dos se dieron la mano y un abrazo –quieres algo para tomar? Tal vez te?...
-eso seria agradable
-Agustine, por favor, prepara te para ambos
-si señor…- la joven se fue a preparar el pedido –por favor, vamos a la oficina…

-y… te has encontrado con alguna bella dama por estos dias?
-te refieres a la señorita Siepmann?- preguntaba Schafer, sabiendo que los dos se referia a ella, el conde se sento en uno de los confortables sillones –dime, Gustav… como te va con tu titulo de Sir?
-bastante bien… aparte de ser un adorno…
-sabes lo que andan diciendo por ahí…
-si, lo se, todos lo saben, hasta los arboles, pero creeme que nadie se atreve a hablar de eso
-justamente ese es el motivo de mi visita… en dos dias, habra una reunion de los misnistros
-quieres irrumpir en ella?
-algo asi, pero necesitare tu ayuda…
-para que?
-seguramente debatiran sobre el futuro esposo de Annet
-la princesa? A caso no era que se casaria con Edward Veltheim?
-Veltheim? De donde sacaste eso?
-un pajarito me lo conto
-las sirvientas?
-calro…- en el rostro de Schafer se dejo ver una sonrrisa –pues valla que tienes buena servidumbre…- Agustine esntaraba con las tazas y el te –quiere que le ponga el azucar?- preugnto ella, con voz suave –no, Agustine, muchas gacias, puedes ir…- ella izo una reverencia como era costumbre y se retiro.

-entonces que tienes planeado?- Gustav ponia azucara su te, mientras Georg hacia lo mismo, diciendo -el problema no es el dinero, el problema es la falta de una buena estrategia
-y cual es la tuya?
-si Annet se casara con alguien de este mismo reino, llamese conde, sir, duque y hasta me atrvo a decir, un camopesino
-pero que cosas dices?
-podriamos tomar a cualquier persona y engañar al rey… pero deberia ser alquien que el no conosca
-traerias a un completo desconocido y le dirias al rey que es la mejor opcion para que se case con la hija?
-en efecto…
-estas loco
-solo piensalo, si el rey cree que esa persona es alguien de otro reino…
-Listing, sea lo que sea que quieras hacer… cuanta con migo…
-valla pense que me ibas a cerrar las puertas…
-pero para hacer lo que dices… debreas convencer al ministerio
-justamente, para eso estas tu, iremos a la reunion esa… yo le spresento la idea, y tu haces que firmen
-un pacto para que no salga nada de sus bocas…- los dos brindaron por el magnifico plan…

-entonces, cuando traeran a ese principe?…- preguntaba Franz Smith –eso tardara un poco, antes debe avisarle al rey que tendra huéspedes la semana que viene- respondia Georg, al parecer el plan habia sido haceptado por todos, y con el pacto que escribió Gustav se aseguraban el silencio de todos en aquella sala, después de todo era por el bien del reino.

9

-Steff! Steff!...- gritaba Tom a lo loco –Tomas, que ocurre?...- dijo ella tomándolo de la mano, el joven cansado, al parecer estaba corriendo por todos lados –es Bill
-le paso algo?...- preguntaba ella asustaba –eso es lo malo, no se… fue a buscar unas ovejas que se le habian perdido, y…
-no volvio…
-y la noche ya cayo, es muy tarde…
-ven, no te preocupes, seguramente el se haya quedado en el bosque, lo mas problable es que las alla encontrado pero ya era muy tarde, entonces se quedaria alli para regresar a alba…- ella trataba de calmar al joven.
-pero que ha pasado Tom?...- preguntaba su padre, cuando vio que Kaulitz y la joven entraban a la casa –es mi hermano, todavía no ha vuelto…
-como es eso? Si le dije a Bill que no se arriesgara!
-padre… seguramente encontro a las ovejas, capaz que se hizo muy tarde y se quedo alli, ya volvera… Bill no es tonto
-eso no pasa por ser tonto, o no, tal vez la bruja del bosque lo tenga…
-bruja?...- Tom que ya habia tomado asiento se paraba asustado –tranquilo Tom, mi padre dice cosas insensatas
-no es insensatez mia, lo que yo digo es verdad! Yo vi a la bruja…- hablaba el hombre como sabiendo mucho, y demasiado del tema –padre… te lo pido Tomas esta bastante alterado, es mejor que vallamos a descansar, mañana Bill vendra…-

-esto no puede estar sucediendo… mi par, Bill, en donde se abra metido?...- inquieto estaba Tom frente a la chimenea. De repente un relinchar de caballo lo saco de sus pensamientos, Tomas Kaulitz se dirigio a la ventana, pero alli no habia nada, entonces de donde provenia ese sonido?... salio al patio trasero, “Bill?” se pregunto, es que ahí estaba el caballo que montaba su hermano, pero solo era el caballo, en donde estaba Bill?
-con que quieres de vuelta a tu hermano?...- preguntó, alguien en la oscuridad, bajo la sombra del arbol de naranjas que tenia Tom –claro que lo quiero de vuelta!...
-entonces haras todo lo que te diga entendiste?
-quien, quien es usted?...- el joven ya se habia asustado por la presencia aquella –considéralo, un amigo…

8

-Conde Listing!...- llamaba una chica al final del corredor, mas bien el corredor de la gran casa de la corte del rey –si señorita Siepmann?…-
-perdone mi atrevimiento, pero he notado que usted es amigo de Sir Schäfer…
-pues la verdad, si, nos hemos conocido en la academia de musica, si es que puede llamarse asi, por que lo pregunta?
-es que he escuchado de el, me interesaria poder conocerlo…
-mmm, y como es que usted planea conocerlo sin que el piense que usted lo quiere con otros propósitos?, le aviso, sus padres han estado pensando en juntarlo con Helen Zimmer
-por favor no valla a creer que mis propósitos son tan malos, mi padre me ha heredado un terreno de cinco hectáreas, las cuales ya estan siendo trabajadas…
-entonces usted va bien… y muchas veces e visto a Gustav Schäfer en el jardin de Olimpia, y para ser sinceros esa Zimmer no me cae bien…- termino con sus palabras el joven Listing y se fue por el pasillo, dejando a Isabelle pensando.

-hijo…- llamaba un hombre en una oficina, -padre, que ha pasado?...- preguntaba Georg entrando –no quisiera alarmarte, pero, se estan esparciendo rumores de que el rey y su incompetencia estan ganando territorio
-piensas que la ocacion es propicia para una guerra?
-propicia, es mas bien una invitacion, que vengan los barbaros! Total este reino esta acabado
-por favor padre, ni lo menciones, recuerda que soy gobernante de una pieza de este reino
-gobernante?, si con lo que el rey nos dio, alla el… un titulo de conde no te otorga un ejercito para defensa de este pueblo, encima a lo lejos del centro, rodeados de pobres…
-padre!, recuerda de que antes que yo estuviste tu, entonces tu tambien tienes peso en esto
-ah, solo goberné por tu madre, ella era la que me obligaba aseguir con mis deberes, asi un dia tu te podrias hacer cargo de esta villa.
-y la felicito por eso, escucha, si tu no quieres hacer nada por el lugar en que naci, entonces lo hare yo, y aunque el rey sea un cabeza dura y nunca haya escuchado lo que los demas tenemos que decir, ire yo mismo en persona…
-no te atrevas a faltarle el respeto Georg
-no le voy a faltar el respeto a nadie padre, solo voy hacer lo que es correcto, si el rey necesita tropas, esta parte del reino estara a su disposición…
-hijo ten cuidado con lo que haces…

-Georg! A donde pretendes que vas?...- su madre lo observaba ensillando su corcel –ire al reino, a averiguar de una vez por todas lo que esta pasando
-pero… sabes que te podrian matar, el bosque puede estar siendo vigilado, podrian pensar que eres un mensajero o algo asi…
-madre, quiero saber la vedad, y relamente necesito ir al castillo…- el joven se acerco –regresare…- dijo dandole un beso en la frente.

7

-en donde se podria haber metido?!...- decia una señora en la sala de estar de una lujosa casa, -todavia no lo han encontrado madam, pero tranquila, el joven Bill sabe cuidarse muy bien…- Hans el mayordomo trataba de calmar a la madre de Bill.
Mientras su madre seguia preocupadísima, Bill estaba por el “camino”, asi lo llamaban, el sendero ese, un poco estrecho, no tanto al menos los caballos pasaban tranquilamente por ahí, asi es, alli estaba el joven Kaulitz, y reia –sabes que te voy a encontrar!...- la risa de una joven se sentia por entre los arbustos –vamos Bill, baja de ese caballo y búscame…-
-no hara falta…- la joven sintio que unas manos rodeaban su cintura, ella comenzo a tocarle la cara –eres tu…- dijo y hasta se sonrojo, el como buen caballero le saco la venda que ella llevaba puesta sobre sus ojos –creo que perdiste…- dijo el muy picaro
–este juego es muy aburrido, mejor nos vamos a su casa, seguramente su madre debe de andar como loca buscandolo…
-esta bien Amara, volvamos…

-por dios mio, en donde te has metido? Eh?
-madre, tranquila, estaba en el camino
-camino, camino, camino a la desgracia vas a tener si sigues con la sirvienta esa…- susurraba su madre por que sabia muy bien que una de las sirvientas, Amara Rozenbauer estaria por ahí, escuchando lo que decia la madre de Bill Kaulitz, -madre, primero y en principal Amara no tiene nada que ver en esto y segundo, no voy a dejar de pasear con ella por que tu me lo impidas… ya soy mayor!
-justamente Bill, como eres mayor iras a la casa de los Schäfer
-que?
-como oiste hijo, y para evitar que te escabullas como la vez pasada ire yo tambien
-pero madre!
-nada de pero Bill, y si tanto dices que Amara es tu amiga… Amara!- llamo la señora –si, señora, en que puedo ayudarla?
-ayuda a Bill a empacar sus cosas, iremos a la casa de los Schäfer, y tu tambien empaca, iras como mi dama de compania…- valla que no podia ser mejor para la joven Rozembauer lo que decia la señora, pues ser dama de compania era un cargo mas elevado en la sociedad, por otro lado, implicaba que ya no seria mas la sirvienta y estaria lejos de Bill.

-no es bueno señor?
-bueno que?...- Bill estaba mirando por la ventana –que usted valla a visitar a su amigo
-bueno por ver a mi amigo, malo por que se lo que mi madre tiene planeado
-planeado?
-si Amara, mi madre piensa que tu y yo nos gustamos o algo asi… o sea, tu eres bella, y me agradas bastante, mas bien yo te podria considerar mi amiga, como una hermana…
-usted tambien señor… y al menos sabe tratar a una señorita, no hace diferencias sociales, no como su madre o cualquier otro que tenga mas dinero
-espero que mi futura esposa no sea asi…- suspiro el joven provocando que su respiración empañara el vidrio nublando esa tarde de invierno.

6

-no puede ser!...-
-que pasa Bill?
-las ovejas! Eso pasa!
-se te escaparon?
-y claro que si, mira, un dos, tres, cuatro… … … veintitrés, me faltan como diez mas!
-tendras que ir a buscarlas antes de que oscurezca
-mierda!...
-bueno Bill, calmate, y mas vale que llegues temprano, mamá vendra a vernos…
-si, si, como los vegetales no se escapan…- Bill fue hasta el pequeño establo que tenia la familia y saco a su caballo, y lo ensillo. –ven Kashmir, tendremos que salir de nuevo…- dijo y se subio.

-no puede ser, ni un rastro, ni una pisada… que ovejas endemoniadas! Las voy a matar cuando las encuentre!... no, no, me tengo que calmar, ya las voy a encontrar.- un trueno hizo que los pajaros salieran de sus escondites y el caballo se asusto, y se levanto sobre sus patas traseras –sh, sh… calmate, sh… eso es, solo fue un trueno, eso quiere decir que va la llover… y va a oscurecer…- “mejor me apuro” penso el muchacho, y le dio la orden a animal para que trotara hacia la parte del bosque…

Unos ruidos se escuchaban, como si de ovejas se tratase, pero el sonido podia escucharse y al rato no, las ovejas no hacian eso, al menos que hayan decidido jugar con su pastor. –donde se habran metido?!...- y otra vez un rayo hizo que el animal se asustase, -Kashmir… tranquilo, ya nos vamos…-
Bill hizo que el caballo diese media vuelta, pero algo terrible sucedió, una luz, un espectro se les aparecio, Kashmir se asusto y comenzo a correr, por todo ese bosque, habriendose paso por los arboles, no paraba, mientras Bill conmocionado trataba de hacer que el animal parase, pero no, mientras el corcel corria, algo, no sabe como, hizo que el joven cayese, si eso, Bill se habia caido del caballo, pero como?, eso a el no le importo, el bosque se tornaba oscuro, tan rapido habia anochecido? Que era eso? Esa neblina que lo rodeaba, algo magico tal vez? Un misterio. Bill habia oido hablar de ello, se decia por ahi que si un hombre estaba en el bosque, si oia algun ruido fuera de lo normal, la neblina loe cubriria, una bella mujer, la mujer en busca de su amado lo encontraría, visaría su alma, y si eras el hombre, el que ella predio, te llevaria consigo por siempre, mil años de tormento, oyendo su horrible llanto, esa mujer que habia sido asesinada por el amor de su vida, y luego abandonada bajo la luz de una luna de primavera te tomaria como su eterno amado.
Claro que Bill no queria ser el amado de nadie, y menos de un ente tan malevolo si se podria decir, no tuvo mas remedio que escabullirse entre las ramas, que muy pronto fueron tomandolo, hasta tenerlo sujeto –a donde vas?...- pregunto una dulce voz que hacia eco en la mente del muchacho –quien eres?-
-tu ya sabes… ahora te pregunto, a donde vas?
-tu ya sabes
-con que quieres jugar eh?- dijo ella acercandose al jovencito –mirame- ordeno ella, el asi lo izo. La mujer se acerco y lentamente junto sus labios con los de el –eres tu…-
-entonces tendre que escucharte llorar horriblemente y todo eso? Que peor condena…-
-eso dicen de mi… pero no todo es lo que parece… - ella tomo la mano izquierda del joven –ves… aquí dice que solo tendras un unico amor, el supremo
-a caso mi mano te dice que eres tu?
-tu mano me dice cosas que yo quiero saber… nunca dije que eras mi supremo amor, al menos que te enamores de mi…
-que te hace pensar que me enamoraria de ti?
-pensamos, pensamos lo que queremos, hasta cosas irreales… Bill…
-entonces por que me tienes aquí?
-quieres cambiar tu vida eh?
-no, asi esta bien gracias
-crees que no mereces a ninguna chica que esta locamente enamorada de ti
-tu que sabes?
-se mas de lo que tu crees… se que el rey es un fracaso, se que la princesa es una idiota, se que tu no quieres tu vida…
-y que haras si es cierto
-aceptas Bill?
-que trato tienes?
-cambiarte, podrias ser algo mas… mas de lo que quieres, pero debes tener cuidado, siempre querras mas de lo que tienes… yo podria hacerte merecedor de todo lo que quieres… hasta de mi
-si quiero…- dijo como obnubilado el joven, una luz blanca lo invadio, y puf en un dos por tres todo desaparecio.

5

-niñas, por aquí, traigan eso!...- decía una de las superioras del hogar para jóvenes, a las afueras del palacio, mas bien parecia una prisión para jóvenes, alli vivian aquellas chicas que no tenian familia, o habian sido abandonadas, y las superioras, ayudadas por la iglesia, “entrenaban” a las chicas que vivian alli, para después hacerlas cumplir con sus servicios en el castillo, ya sea como señoritas e limpieza, cocina, enfermería, costura, y otras cosas que se necesitasen. Ese dia aprovechando que en el pueblo se habia inaugurado la primera feria, las superioras llevaron a las jóvenes para que vendan los productos que ellas mismas hacian y compraran cosas que les faltasen.
Entre las huérfanas se encontraban Araceli de Jesus, que en el orfanato tenia tambien a su hermana gemela, Alba, ellas tenian a su hermano menor Andreas, quien estaba por disposición del rey con los soldados de la guardia real.
-vamos Ara y Alba, que esas cosas no se venderan solas…- decia una de las superioras (Marcel), quien las apreciaba mucho, si bien a los quince años las jóvenes podian ir al palacio, las chicas se quedaron alli, decidieron no irse, y seguir el camino para ser superioras.
-que crees que este haciendo la princesa?- preguntaba Alba –realmente no lo se, ni me interesa…
-dime Ara, no te gustaria ser princesa?
-claro que si, pero debes pensar Alba, si no somos princesas es por algo, estamos aquí por una razon, somos miserables por una razon, y deja de pensar en cosas que jamas sucederan si?
-esta bien Ara, pero… si tienes miedo no llegaras a ninguna parte
-que? Miedo yo?
-claro que si… nunca hablas de tus sueños, ni de lo que hubieras querido ser. Sabes muy bien que las dos podriamos haber sido las damas de compania de la princesa
-por favor Alba, mejor callate
-no me voy a callar, tu no quisiste ir al palacio por que tienes miedo de volver a encontrar a ya sabes quien…- fue lo ultimo que dijo Alba, por que Ara se fue del lugar, como era costumbre cada vez que Alba queria hablar sobre el antiguo amor de su gemela, ella lo esquivaba y dejaba a Alba con la palabra en la boca.

4

-ha pasado casi dos semanas en ese maldito bosque, y todavía no encuentran a esa bruja!!!?- preguntaba gritoneando el rey David a sus soldados –no mi lord, y lo peor es que todavía…
-todavía que?
-no es por alarmar su majestad, pero corren rumores de que los bárbaros del otro reino el cual esta prohibido nombrar, quieren atacar… señor, ellos saben muy bien que no estamos para guerras…
-tienes razón John…- que alguien le recordase en la situación que estaban era un trago amargo para David, si la guerra comenzara, tal vez el reino termine en las ruinas, o peor, en manos de los otros, los cuales el rey había prohibido nombrar.

-John, que piensas que haremos?- preguntaba el hermano de John, Andree, los dos bajo el apellido Pantano, se sabia muy bien que los Pantano tenían sangre de luchadores, pues su padre era el jefe del ejercito, y su abuelo había servido al anterior rey y había muerto en batalla, lo cual era un honor, pero no tanto para John ni Andree, mas bien ellos estaban asustados, el rey necesitaba desesperadamente un príncipe, alguien con poder, alguien que pueda tomar las riendas de un reino que estaba huyendo de la supremacía que había sabido conseguir, es que a caso David lo había echado a perder?

-que barbaridad!...- respondía la madre de los Pantano (Lucie) al escuchar lo que estaba sucediendo. Mientras July servia el té, pero no, ella no era una criada, era una mas de la familia, es que algunas veces parecía no pertenecer a esta, mas bien July se alejaba de la esencia de ellos, no era tradicional, no le gustaban las costumbres, ella era muy tolerante, tranquila, una vez su madre la propuso como dama de compania para la princesa, pero July no quiso, mas bien ella quería ser enfermera, o actriz, la joven todavía estaba negociando un acuerdo con su madre, solo con su madre, por que su padre la apoyaría en lo que fuere, todo se resumía con decir que al único que quería realmente era a su padre. Y como no, si ella era su única hija, el prometió cuidarla como su tesoro mas valioso.
-pero… si esto esta sucediendo es por algo, sabemos que todo el poder recae sobre el rey, el se lo busco, por ser necio
-Julyet, no hables así de su majestad!, iras a la iglesia y vas a rezar, pedirás por el bienestar del reino. Y tal vez tengamos que hacerte ver con el cura, mira si un demonio te tiene poseída…
-madre, ningún demonio me posee
-jaja, eso es lo que piensas, no se de donde habrás sacado tanto libre albedrío… no eres la jovencita que críe… y todo esto es culpa de tu padre, el te dio todo lo que quieres, y hasta hace lo que dices
-será por que yo si lo escucho…
-July, por favor… no queremos mas discusiones, madre esta angustiada…- dijo Andree, como para evitar la pelea, entonces July dejo su taza en la mesa y salio al jardín a tomar aire fresco.

-esto no puede ser… por que siempre esta criticándome, y no, no tengo ningún demonio en mi, ella será la endemoniada. Debería de haberme ido con la princesa, que sera de mi? Dios, mándame una señal, que debo hacer, que debo ser?...- decía July mirando al cielo, pero nada, al parecer dios no estaba disponible.
-a caso hablas al viento otra vez?...- preguntaba Alexander Von Dee, hijo de uno de los ministros del reinado. –claro que no… a caso no te has puesto a hablar con dios alguna vez? Eh?...
-si, pero para eso esta la iglesia, creo que llamar a dios en el patio no es apropiado… te creerán loca
-loca, y desde cuando hablar con dios se ha vuelto una locura?
-vamos Julyet, todos dicen creer en dios, pero solo para salvarse de sus pecados, a cuantos de ellos no los rodea la lujuria, codicia, avaricia, recuerda que son siete los pecados capitales…
-si, como siempre tu Von Dee, hablas cosas tan sensatas… a que has venido esta vez?
-desde cuando no puedo venir a visitar a una amiga?
-amiga? O mas bien una candidata
-bueno si, si, lo admito, pero te aviso que hay mas candidatas por todo el reino, y por fuera de este también…
-fuera? Como es eso
-pues… una joven llamada Alexandra Velthein vino, reside en la casa de su abuela, y… al parecer es de muy buena familia
-te casarías con alguien que no conoces?
-yo no diría casarme, mas bien me obligarían… vamos July sabes muy bien que nuestros padres han estado detrás de nosotros desde que nacimos…
-eso lo se… y tu me gustas…-

3

-esto es pura habladuría!...- exclamaba uno de los campesinos del pueblo, mas precisamente el señor Edward Bones, propietario de un terreno en la parte este del reino, -como el rey pretende que vendamos nuestros productos, eh?- seguía el señor con la discusión, y es que todos los que cultivaban estaban allí, hasta el gemelo Kaulitz, pero el solo estaba sentado en un rincón escuchando como los colegas discutían, hasta que se harto, se paro y grito –señores!!! Que es esto, solo mírense, peleando como animales!
-claro Kaulitz, y tu? Sentadote ahí calentando la silla?
-claro que no señor Tress, solo quiero anunciarles, que… podríamos llegar a un trato con el rey…
-a que clase de trato te refieres?...- preguntaba una mujer a lo lejos, entonces Tom se subió a la silla, tomando el control, -escuchen, esta claro que cada uno no puede cultivar una verdura en todo el año, ni si quiera podríamos sobrevivir, y el rey quiere que le demos ahora, la mitad de lo que ganamos, por eso yo tengo una idea… que cada uno cultive lo que se le de la gana, que críe los animales que quiera, y después valla a vender sus productos en la feria…- todos se quedaron callados, de repente unos aplausos cerca de la gran puerta, oh, ese era el rey!, todos se apresuraron e hicieron una reverencia, Tom se quedo mirando, por dios el rey había escuchado lo que decía, que podría esperar el joven, una pena de muerte?
-muy bien!... eso era lo que quería!- decía como alabando la idea de Tom el rey –q..q que?- Kaulitz se bajaba de la silla –pues, pasaba por aquí, aprovechando que se hacia la reunión para ver que productos plantaría cada campesino que posea tierras en mi reino, y tu muchacho, sales con la idea de que todos pueden plantar lo que se les ocurra… debo decir que es una sensata idea, me gusta…
-en serio? o sea, no se enojo?
-para nada, soldado, cinco monedas de oro para el joven, por su buena idea…- dijo el rey, los demás miraban como el joven mas joven de los que cultivaban recibía las monedas…
-pues, pueden seguir con lo suyo, adiós…- su eminencia daba media vuelta y se marchaba.
-ven… que después de todo mis ideas valen oro…- muy pícaro Tom salía de ese lugar, con aires de agrandado, y quien no, si con solo decir lo que piensa obtiene su recompensa, bueno mas bien, con decir lo que el hermano gemelo le había dicho…

-vengan!!!...- una vez mas Bill llamaba a su rebaño, -vamos que se hace tarde! Y el lobo se las va a comer!...-
-y yo que creía que esos eran los tres chanchitos…- se acercaba la joven Anna Olie –Anna!...- Bill estaba muy sorprendido, y ella solo reía para el. –pero que haces aquí? Yo pensé que…
-ay Bill, no me darás un abrazo? Ya han pasado cinco años…- el joven se sonrojo un poco, pero sin pensarlo la abrazo, y claro, si Anna fue su amiga desde que eran bebes, aunque no pertenecían a la misma clase social, ella era la hija de una de las ex damas de compañía de la reina (Liza Von Olie), y de uno de los que estaban en el ejercito real (el señor James Olie, quien ya se había retirado), es que la madre de los Kaulitz trabajaba en la casa de la familia Olie. Pero muy pronto los padres de Anna decidieron que ella debía tomar sus clases en Francia, junto a la princesa, pues la joven había heredado el trabajo de su madre, ahora ella era dama de compañía de la princesa.
-pero, cundo es que llegaste?...- seguía Bill con sus preguntas, los dos en esa colina, ella con un vestido muy bello, un regalo de la princesa, y por otro lado el, con sus ropas, un poco sucias por el lodo que había allí, y su bastón, con el cual guiaba a su rebaño. Tan rara era la escena esa, -fue ayer, en cuanto tuve tiempo me escape, pero solo es por un rato, quería verte…
-aaa… yo también quería verte, desde hace cinco años… y me atrevo a decirte, estas muy bella…-
-tu también Bill… ya eres un hombre, y podrías elegir a una buena mujer para que se casara con tigo.
-y yo que creí que todavía es muy temprano…- luego se escucho un grito, -Anna!...- una jovencita a lo lejos la llamaba –bueno, creo que debo irme…- dijo ella tomando la mano izquierda del joven, recuerdas que cuando me fui, hice lo mismo?
-me tomaste la mano y pusiste en ella un rosa blanca de tu jardín
-ahora te tomo la mano y pongo en ella un pañuelo blanco, pues no me alejare de ti, esta es la señal de que esperaría a que vengas por mi.- la jovencita le sonrío, dio la media vuelta, y se fue. Bill se quedo allí, el pañuelo todavía tenia el aroma de la señorita esa, y la verdad que ese momento fue tan raro para el, que esa joven de ojos celestes le había dejado un dulce recuerdo y una nota de espera.

2

-Miranda!...- gritaba la madre de la joven. –que quieres madre? Acaso no sabes que quiero de mi futuro?
-por dios, calla
-no uses el nombre de dios madre…- decía la joven mientras preparaba sus maletas.
-eres una Vautrin Fürstin en tus venas corre la sangre de una Vautrin Fürstin, no puedes así como así abandonar todo lo que eres
-si que puedo, crees que me gusta verte a ti dando todo por Marie? Eh? Crees que me gusta verte adorándola por ser una princesa?
-hija, sabes que eso no es así…
-entonces dime, acaso te diste cuanta de que existo?
-Miranda!, claro que se que estas aquí a mi lado, y quiero que eso siga siendo así…
-sabes muy bien que eso es mentira… te quedaras con migo hasta que deshaga mi maleta, luego volverás a la habitación de Marie, a ver como va su vestido de novia… no seas tan descarada madre…
-no voy a permitir que me hables así!...
-podría hablarte como quisiera, simplemente serian palabras de un desconocida para ti…- entonces las interrumpe su padre –Miranda… a caso que haces?
-me voy de aquí…
-piénsalo bien… eso es lo que quieres?
-eso y mas…
-a caso no te alcanza con todo lo que te hemos dado?
-el dinero no es le problema, de que me sirve tanta riqueza y lujuria si lo único que he querido en esta vida es una ínfima muestra de amor que viniese de ustedes… de que me sirve tener el mejor vestido, los mejores zapatos, si solo quiero los mejores padres, y créanme, ustedes no entran en esa categoría…
-niña estas tan equivocada, por que crees que te nombrare condesa entonces? Te cederé mi poder a ti!...
-jaja… que ironía padre… sabes una cosa? Puedes quedarte con tu poder, no me interesa…
-y a donde es que piensas irte? Eh?
-a donde siempre eh debido estar… con abuela Helen
-Helen? Por dios, la mujer esa esta tan loca como una vaca, deja de decir estupideces y desarma tu equipaje, que debemos ir a comer!... el príncipe llegara pronto!- Miranda se sentía tan idiota, tonta, por no poder enfrentar a sus padres, solo tuvo que ceder y dejar todo –ves querida esposa? Me parece que a Miranda le falta algo de disciplina, la cual debería de haber estudiado desde que empezó con sus clases, y no esas tonterías de arte, los músicos tocan el piano, los dibujantes la pintura, Miranda, Miranda solo debe ser lo que es, una condesa…- dijo el padre de la joven.

-y bien, William… sabemos que el principado es una tarea difícil…- conversaba la madre con el joven príncipe, que estaba en la mansión de los Vautrin Fürstin para conocer a su futura esposa. –si, si bien, mi padre quiere que de el cien por cien de mi para cumplir con mi deber, a veces me escapo un ratito para darme tiempo a mi mismo, encontrarme, y pensar que es lo que estoy haciendo mal…-.
Estaban todos en la mesa, y el príncipe seguía hablando, -si, me gusta montar a caballo, espero que a Marie le agrade. Es una de mis actividades favoritas.-
-claro que si, príncipe William, esas son cosas dignas de la realeza…- reía tímidamente Marie –menos mal que ella sabe lo que es digno de la realeza, hay cierta clase de personas que no saben lo que es bueno, y deciden inclinarse a cosas que no están destinadas, la música por ejemplo… en cambio Marie, es digna del cetro, realmente ella nació para ser princesa, lo supe desde el primer momento en que la tuve en mis brazos… ser condesa es algo menor comparado a ser princesa… ya saben, son mayores las responsabilidades, hasta podrían haber problemas, entonces una princesa tiene la inteligencia suficiente como para resolver esos problemas, no creo que una princesa pierda su tiempo pintando y hablando con los pájaros o no?- decía el padre de las jóvenes, mientras todos sucumbían a la risa, menos una chica, y esa era Miranda, después de escuchar lo que su padre decía, como no querer irse de allí?. Entonces esa era la gota que rebalsada el vaso, Miranda se levanto y corrió a su habitación.

-que es lo que haces?- le pregunto su madre –que crees, me largo de aquí
-no seas tonta Miranda, sin nosotros no eres nada
-prefiero ser nada a que mi propio padre me diga indirectamente que soy una inservible…
-entonces vete, haz lo que quieras, después de todo eras un problema para esta familia…
-bravo! De una vez por todas admitiste no quererme…
-realmente no me importa, sabes muy bien Miranda, si te vas renuncias a todos tus deberes, y poderes…
-entonces declinare, no me interesa
-y no serás una Vautrin Fürstin?
-no me importa… desde ahora en mas ese apellido significara la perdición par mi…- Miranda tomo finalmente su maleta y a su pequeña gatita (Skipy) en brazos y se marcho de ese lugar, decidida a no volver jamás.
-entonces será mejor así… no veía la hora de que te vallas…- masculló su madre entre dientes.

Bella conspiración parte 1

Si todo comienza como debe ser, un día, una tarde quizás… quien sabe, la vida es tan impredecible, un día estas aquí, al siguiente te vas. Simplemente desearíamos vivir una eternidad, como un hada, ser seres mágicos, poder obtener lo que queremos, salir victoriosos de cada batalla. Pero siempre la dura realidad nos golpea, como un baldazo de agua fría, entonces en ese momento nos despertamos, nos levantamos y tenemos que seguir.

Entonces estaban en la corte, llenando de ecos los pasillos, tal vez un murmuro, que querrán decir? El pueblo de Grohst estaba ansioso, en la espera de algún veredicto, esperando algo positivo de ese reino que ya mucho no podía ofrecer, pero que todavía mantenía una extraña lujuria en los pasillos del palacio real, ubicado justo en medio de todas las casas. Como si no faltara mas, con solo una guerra, los primeros en sufrir eran los campesinos, luego venían los que tenían un oficio un poco mas alto, como los herreros y panaderos, seguían las casas de los soldados, luego las de los jefes militares, las capillas, y en el centro de todo eso, la casa real. Bueno, el arquitecto que dispuso la forma del pueblo habría pensado, muy sensatamente, “que primero sean los campesinos, la plebe debe morir por honor!”. Pobrecillos los de la plebe, confinados a ser los primeros en recibir el ataque. Deberían algún día juntarse y tomar el poder?, si son mas ellos que los de allá arriba. Seria un complot en contra la corona, tal vez. Pero ellos no serian capaces, un miedo los envuelve, ¿miedo a que? Al de más allá arriba… jaja, a Dios. Que podría hacer Dios eh? Si solo le basto con crear a los humanos y punto. –Que se las arreglen ellos…- dijo cuando decidió darnos libre albedrío. Y como mi libre albedrío va de la mano con la capacidad de relatar esto… no me queda más que contarles lo que paso en Grohst.

Si bien el mediano reino de Grohst se ubicaba en los suburbios de la ahora llamada Berlín, sus habitantes eran bastante particulares. Y como todo reino tenia su rey, su princesa, su milicia, su padre, sus panaderos, sus herreros, su bruja, y… y todas esas personas que puedas imaginar que vivan en un reino.

Todo fue por un campesino, un curioso y simpático campesino, quien vivía en el lado este del reino, -soy el primero en ver la salida del sol- solía decir el muchacho, cual edad no sobrepasaba los veinte años. Vivía allí, en una pequeña, pero cómoda casita, también lo acompañaban en la vivienda su madre (algunas veces, por que ella trabajaba en el castillo), y su hermano, pero sorprendía que no los hubiesen matado, si, como leen, algunas veces a los fenómenos de la naturaleza decidían sacarlos del mapa, por así decirlo, es que en algunas aldeas sostenían que los gemelos eran de mala suerte, o que traerían destrucción al pueblo y bla, bla, bla… este campesino, por cierto, llamado Bill, apellidado Kaulitz, salía todas las mañanas, antes de que el gallo cantase a juntar el rebaño y llevarlo a la colina, donde podían pastar tranquilamente. Por otro lado, su hermano Tom, se levantaba a eso de las once de la mañana, y se dedicaba a cultivar y recolectar las verduras y frutas de temporada, que eran plantadas en el terreno que les cedió el rey, con lo cual, luego cuando pasaba el “cobrador”, quien era un pequeño regordete barbudo, Don Ernest, Tom debía darle un cuarto de lo que se había recolectado. La madre de los Kaulitz, la señora Simone, trabajaba como costurera de la casa real, pero no era gran cosa, ella se dedicaba a remendar el ropaje del rey, de las princesas y de los demás cortesanos. Con lo cual la madre nunca estuvo de acuerdo, -porque no habré nacido en otro lugar, otra época?...- siempre se renegaba lo mismo, pero nunca lo dijo delante de sus hijos, ella los amaba, y no quería que los hijos lidiasen con el mismo problema.

Esa mañana Bill se estaba preparando, desayunaba, mientras miraba algunas carretas que pasaban –y ahora que problemas habrá?...- se dijo a si mismo, el sabia perfectamente que cuando las carretas andaban a esas horas por allí, no debía de ser algo bueno precisamente. Pero esta vez que era?, luego sintió que alguien tocaba a su puerta, Bill fue a atender.
-Bill, tu sabes en donde vive Banshee?- apenas el joven abrió la puerta, vio a su vecina, la chiquilla Steff Galez, de unos trece años, un poco extraña la joven, pero también muy divertida, con Bill eran bastante amigos, y hay quienes pensarían que llegarían a algo mas. El sorprendido por la pregunta de su amiga, la miro un poco raro, y dijo que no con la cabeza. –que es lo que pasa?
-es que el rey esta buscando un esposo para su hija, pero quiere que la bruja le de su consejos, ya sabes…- se acerco a el, y le susurro, -en realidad, le verdadera verdad verdadera, quiere que le diga quien es el mejor para manejar el reino…
-ahh…- el joven la miro de reojo, -entonces, tu sabes?
-no…- ella se cruzo de brazos y lo miro fijamente –el le va a dar una recompensa a quien se lo diga…
-recompensa, que recompensa?...- salía por detrás en joven Tom, medio dormido, y un poco cegado por los rayos de sol que comenzaban a abrazar el reino –valla, valla, Tom, tan temprano y despierto? Que milagro-
-cállate Bill, Steff, dime, tu sabes de cuanto es la recompensa?
-no… pero algo bueno debe ser… como para que este desesperado, como para buscar príncipe?
-Bill, mas vale que encuentres a la bruja esa, que no quiero seguir sacando la verdura de allá atrás
-Tom… eres tan ambicioso? Y no me importan tus problemas, si quieres la recompensa, entonces busca tu a la bruja… el que quiere celeste que le cueste
-esta bien, pero cuando me den la recompensa, no la compartiré con tigo, y tendrás que pasear ovejas por el resto de tu vida!- dijo Tom y se fue a la cama de nuevo –como digas Tom, pero los topos y los conejos van a seguir arruinando tus cosechas…
-pero, Bill, tal vez Tom tiene razón, mira si con la recompensa al menos te compras algo lindo en la nueva feria del pueblo… en vez de ir a vender las verduras que cosecha tu hermano y la carne de las ovejas…
-tal vez tengas razón, Steff, pero por algo estoy aquí no crees?

-pero que tarado es Bill, le dijo que dejara mis herramientas aquí!...- Tom, como loco buscaba sus elementos de trabajo, -buenos días!...- el regordete Ernest estaba en la puerta de entrada de los cultivos de Kaulitz, -que tienen de buenos?...- preguntaba refunfuñando el chico –para mi son buenos, sabes que vengo por el pago, del mes…
-si, si, ya sabe en donde están…- indicaba Tom ladeando la cabeza a un costado, y allí estaban, acelgas, tomates, naranjas, duraznos, albaca, perejil, lechugas, repollos, frutillas, zanahorias, orégano, y otras cosas más. –Que linda tu reja…- decía Ernest viendo el cercado enorme que había hecho el joven –si, ya sabe, los animales, vienen y se comen todo…
-mmm, mas vale que cuides tus cosas Tomas, no dejes que los conejos coman de tus manos sin que te des cuenta…- decía el señor, mientras sus ayudantes se llevaban la cosecha –por cierto, desde la semana que viene el rey querrá la mitad de lo que tienes
-que? Usted sabe cuanto me cuesta sacar estas cosas? La verdura no se cría sola, no señor
-exactamente, el sábado todos los cultivadores se reunirán y determinaran que cosas van a plantar, porque… luego deberán vender lo que plantaron, y con lo que ganen la mitad será para el rey… entendiste?
-que?... pero… el rey no puede…
-claro que puede Tom, es el rey…- Ernest tildo el apellido de los Kaulitz en la lista que tenia y se marcho.
-no puede ser!!!...- gritaba desaforadamente el joven tirando la pala que por fin la había encontrado en el medio de su cultivo.

-a que no sabes lo que paso?...- decía Tom sirviendo la cena a su hermano Bill, quien esperaba en la mesa –que?
-el idiota del rey quiere que ahora vendamos nuestros productos!
-pero eso esta muy bien… ganaremos mas dinero, o no?
-jaja… no lo creo, de lo que ganemos, la mitad es para el
-que?
-como escuchaste, y una cosa mas, el sábado hay reunión de cultivadores, cada uno decidirá que plantar para que así lo producido no se repite… el rey es un idiota, y que lo sepa todo el mundo!
-Tom, mejor baja la voz…
-no, no quiero! Y que pasa si elijo algo que puedo plantar solo en verano, eh? En invierno nos moriremos de hambre y nos quitaran la casa!
-que eres tu el idiota, al menos elige cuatro cosas que puedas plantar, dos que crezcan en invierno, y otras dos que crezcan en verano, aparte, hasta podría haber competencia entre vendedores, Tom, todos pueden plantar lo mismo y venderlos, tal vez uno tenga mejor precio que otro, pero otro mejor calidad, no?-
-pensándolo bien, tienes razón, es mas hasta la familia de Steff y la nuestra podrían juntarse… y podríamos trabajar en conjunto.
-ves, siempre hay soluciones, solo tienes que pensar un poquito…- decía Bill tocando la cabeza de su gemelo.

Blogger Template por PlantillasBloggers