17-

-Ara Alba…- exclamo una joven –Isabelle?...- respondieron las hermanas al unísono, las jovenes se acercaron –pero… que haces tu aquí?...- preguntó Ara
-recuerdan, que mi padre habia muerto… herede los cinco terrenos que tenia…
-es que ahora eres de clase alta?
-algo asi… pero nunca me olvidaria de ustedes, después de todo, son mis amigas…
-éramos…- respondio desilusionada Alba –pero, como es que dices tal cosa?
-ni si quiera nos has ido a visitar!...
-Alba tienes que entender, tuve que viajar… es… mis tias quisieron que las acompañase, pero ya estoy de vuelta…
-bueno, gracias al cielo recuerdas nuestros nombres…
-calla Alba… no la escuches Isabelle. Pero tu, que haces en el mercado? A caso no tienes a tus sirvientas?...- preguntaba Ara –justamente por eso viene…
-que?
-vine a buscar a mi sirvienta…
-quien es? Si nos dices su nombre tal vez te ayudaríamos a encontrarla…
-bueno, realmente, son dos… y, no son mis sirvientas, son mis amigas…
-que?...- Alba la miraba extraño –pues, veran, hable con la madre superiora, como necesito servidumbre, y ustedes estaban aquí…
-Isabelle Farlin Siepmann, a caso nos has comprado?...
-claro que si!… como dejarlas aquí vendiendo verduras y animales el resto de sus vidas?
-pero, es que…- Araceli no lo podria creer, y no porque su amiga las haya comprado, si no mas bien por que ahora sabian que el orfanato andaba vendiendo a las criadas.

En el orfanato, las jóvenes estaban preparando sus cosas para irse -ah, dios mio, alli esta Sir Schäfer!…- exclamo Isabelle –que pasa?...- pregunto Alba, pero era tarde, el Sir ya habia entrado –joven Siepmann, que sorpresa verla por aquí…- dijo el acercandose a ella –Sir Schäfer…- dijo como saludando y quedaron en silencio –a caso no me presentara a las jóvenes a su lado?
-claro que si… ellas son…- pero lamente de Isabelle se nublo –Araceli y Alba de Jesús…- respondio Ara –pues, mucho gusto…- dijo el haciendo una reverencia –si, eso…- la joven Siepmann estaba tratando de recuperarse –no me ha respondido, que hace usted aquí?
-yo viví aquí un tiempo, vera mi padre habia muerto, y no tuve otro lugar adonde ir, hasta que mis tias me encontraron y me dieron la parte de la herencia que me correspondian
-asumo, que en Valley Grün
-exactamente
-es un muy lindo lugar… y usted encaja a la medida en el… espero que su esposo sepa tratar bien a ambos…
-no lo creo
-por que?
-no tengo esposo
-esperemos entonces que el tiempo traiga uno que usted sepa merecer…
-y yo creo que ya lo trajo…- exclamo Alba… Gustav sonrio –debo ir a hablar con la madre superiora… con permiso, tengan ustedes un muy buen dia
-asi será…- respondio Ara.
Y cuando el joven se fue, comenzaron las chicas –como le vas a decir talcosa a Sir Schäfer!...
-vamos, aunque seas nuestra señora, aun somos tus amigas, y vi como mirabas a Sir Schäfer…- respondia Alba
-Alba tiene razon, pero por otra parte, Alba eres una mal educada, luego Sir Schäfer pensara que la servidumbre de Isabelle Siepmann es muy mala…
-chicas, esta bien… y mejor nos vamos de aquí… este lugar nunca me gusto…
-a nosotras tampoco…- respondieron las gemelas al unísono.

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