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En uno de los balcones estaba Alex, “seria injusto tapar otra vez lo que siento… pero como poder escuchar a este corazón traicionero… por que? Elegí no creer en el amor, pero cada vez que mis ojos lo ven es tal la desesperación en mi… un sueño es estar juntos, mi peor pesadilla, perderlo”
-Alex…- dijo Tey entrando a escena
-si?...- respondía mientras con el dorso de su mano secaba las lagrimas. –por que lloras?
-te has enamorado?
-enamorar es una palabra… difícil
-entonces no
-me gustaron algunos hombres, pero nunca llegue a quererlos con el corazón, todo pasa por la mente…
-tu crees?
-mira, enamorarse y gustar son dos cosas distintas, el gustar te llevaría al pecado, el amor, a la divinidad…
Alex se quedo callada, y siguió mirando hacia el laberinto
-a caso te has enamorado del Conde Kaulitz? No creo que haya algún otro hombre por aquí en quien te hayas fijado, se muy bien que la realeza no es tu fuerte, sin embargo la manera de actuar de Bill es un tanto especial
-especial? Que dices? Que ha tenido un trato especia con migo?
-y tu para con el… la manera en la que se hablan y miran… créeme que no la desconozco
-y en caso de que sienta algo por Kaulitz es un gran problema?
-para mi no… para ti, puede causarte un gran vacío si no lo tienes
-pues el conde no es un objeto al que se pueda poseer
-y quien hablo del conde? En esta mesa está en juego su amor… y tú no eres la única que tiene cartas…
-cartas? Tey, a que te refieres?- preguntó Alex acercándosele –es bien sabido que desde que el conde llegó hay algunas que suspiran por el
-como quienes?
-por favor Alex no te hagas la que no sabes… y si no lo sabes yo tampoco te lo diría…


 

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