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Ella entraba a la gran sala, vio las mesas llenas de comida, la gente por aquí, la gente por allá, -Conde Bill…- dijo al verlo pasar –le pasa algo?- pregunto al ver que el estaba un poco perdido –no… no, solo es una cosa… dime

-ha visto a la señorita Tey?...

-si me preguntas por alguien de aquí… no sabre responderte, todas tienen mascaras…- ella rió dándose cuenta de que lo que decía el conde era cierto

–es mas, a todas las bellas damas que conozco se les dio por venir con vestidos de colores oscuros…

-estoy un poco mareado, debería subir a mi habitación, no quiero decaer en esta gran velada

-lo acompaño…- dijo ella tomándolo del brazo –realmente agradezco tu ayuda.

Eso era verdad, el conde no se sentía muy bien.

Entraron a la habitación, -recuéstese… iré a buscar una vela

-no, no, esta bien, yo solo me recuesto, tu puedes retirarte muchas gracias…

Pero la joven no se había ido, cuando el conde se puso cómodo, ella lo arropó.

-te sientes bien?...- preguntó con su dulce voz –no es físico su malestar, es sentimental…- decía acariciando el rostro del chico. –tu que sabes sobre eso? A caso te has enamorado?

-si…

-te has enamorado de alguien que ni si quiera sabes quien es?

-eso es muy raro

-ves, entonces no serás capaz de entenderme

-y es que tu no sabes de quien te enamoraste?

-yo… solo se que ella existe, en algún lado, y la busque por todas partes, pero me es imposible encontrarla, trate con cada mujer en este reino, y cuando creo que estoy cerca, la joven en la que me fije le faltan muchas cosas

-lo tuyo es como una receta, tienes que saber armarla para obtener el resultado que deseas…

-claro… iré diciendo, quiero los labios de ella, pero los ojos de la otra… como si fuese tan fácil

-en eso esta en lo cierto, pero yo prometo que si piensas en lo que quieres y como lo quieres, lo obtendrás…- decía acercándose a el, y Bill comenzó a acariciar sus cabellos, y se levanto quedándose sentado sobre la cama –quien eres?...- dijo muy extrañado –yo te conozco… pero…- y quiso sacarle la mascara –sh… deberías descansar…

-no…- e intento de nuevo sacarle el antifaz – ella lo tomo de las manos –estas enamorado de la perfección… entonces, construye a tu mujer perfecta…- y la chica se fue, como huyendo de Bill, el tardo en reaccionar, pero al fin logro levantarse, y salio en busca de la misteriosa jovencita…

“yo te conozco, yo se que tu eres… eres lo que un día prometí proteger… eres todo lo que soy, por que te escapas de esta manera? Es que tanto te gusta verme sufrir?” se preguntaba mientras corría como un loco buscándola entre la multitud.

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