54

-esta noche es el baile…- dijo suspirando Steff –a caso quieres ir? Pensé que tu opinión acerca de el baile de mascaras era negativa
-señor Bones, si usted supiera las cosas lindas que hay ahí…
-no te pongas triste, ya veras nos ira mejor…
-lo dice por los cultivos? O porque ni rastro de su hija hay
-por las dos cosas Steff, las dos cosas…
Era cierto que Steff Gales queria ir al baile, pero quien dejaria entrar a una campesina?... por los dioses!, todos la mirarían, como un bicho raro, las damitas bajo sus manos, como contando un secreto dirian “que hace aquí esta?...” despreciandola por no ser de la corte real, o no tener amigos reales, pero eso es lo de menos, la jovencita solo queria asistir por solo un motivo, y el motivo tenia nombre, apellido y… un gran titulo de Conde… si, el era Bill Kaulitz… ja! Como si el conde fuera a mirarla a los ojos, apenas si de reojo observaria su vestimenta.
“deberia ir a ese baile, total, es de mascaras, nadie me reconoceria…” pensaba mirando una pequeña flor que crecia en medio de la maleza, la cual deberia estar sacando, pero en vez de eso, ella pensaba, o mas bien, soñaba. “con un bello vestido, y todas las personas a mi alrededor, sin mirarme, o criticarme… solo desearia ir para poder ver una vez mas al conde, estoy segura de que el es Bill Kaulitz, el Bill Kaulitz que yo conozco, que conoci, del cual me enamore…” y suspiró “pero que ilusa soy… no hay magia que haga que el se fije en mi, que por una vez en la vida me mire… que me mire como a una verdadera mujer, con la que pueda compartir sus secretos, sus pensamientos, sus caricias y besos…”
-Steff!...- grito Bones, sacandola de esa nube de ensueño –que pasa?!...- dijo gritando, se levanto rapidamente, y muy enojada tiro la pala que tenia en su mano izquierda.
-jovencita, que son esos modales?...- dijo una mujer mirandola, -lo siento, señora…- e izo una pausa, la mujer aquella con un semblante muy serio la miraba, mientras Steff bajaba la mirada y esperaba al menos que le dijeran el nombre de aquella.
-Steff… ella es Inma Von Dee…
-es un placer señora…- la mujer rió –señora?, no soy señora de nadie…-
-ah?...- Steff levanto un poco la mirada, Von Dee seguia mirandola, luego con su mano derecha levanto el menton de la jovencita –lindas facciones… malos modales, espantosa tu ropa… podremos hacer algo Bones?...
-yo no… pero tu…- seguia sonriendo Inma, y Steff bueno, ella estaba muy confundida…

Una vez adentro de la casa…
-te puedo ofrecer algo?...- Bones decia, -oh, tienes ese te de higuerillas que tanto me gusta?
-siempre…- el hombre saco de un frasco unas ramitas, y hojas secas, y las metio en una delicada taza, la cual formaba parte de una coleccion de te, la cual habia sido llevada a la casa por la madre de los gemelos.
-dime Bones, veo que la vida no te esta tratando tan bien…
-y ti?...- sonreían los dos, Steff estaba en la parte de atrás, oculta tras una pila de maderas, obserbando con detenimiento a la extraña “hablan como si se conocieran desde hace mucho…”.
-por favor querida, acércate, no muerdo…- pero… como? A caso esa mujer era adivina? La joven estaba muy bien escondida como para que pudiese ser vista por una persona que le daba la espalda.
-acercate…- llamo Inma, cabe aclarar, era una mujer de un carácter fuerte, y no es que lo haya demostrado absolutamente en el encuentro, si no que se sentía que ella era bastante seria, como una energia que se percibia.
-dime… tus padres?...- pregunto –se los llevaron…- la triste Steff contestaba
-la corte del rey…- decia Inma y dio un sorbo al te
-eso supongo
-esta casa no es tuya verdad?
-no… es de los gemelos, pero ambos se fueron…
-se fueron?...
-Tom fue a hacer el servicio militar… Bill… es la razon por la cual Tom se fue.
-Bill… lindo nombre, hombre fuerte, corazon debil, espiritu libre, pero lastima que esté atrapado en el hechizo del amor…
-que?...- Steff miro a Inma de reojo –tranquila, solo analize su nombre…
-su nombre?
-si tu me dices como se llama una persona yo te dire como es…-
   

53

-ya crees que hoy será el gran baile?...- Blondii se miraba en el gran espejo, con un vestido sobre ella, como probándoselo, se miraba de arriba abajo –y tu, ya no eres tan modesta como antes…- dijo Anna levantando una ceja y luego se fue a sentar cerca de un escritorio –por que lo dices?...- Blondii ya sabia a lo que la chica se referia –vamos, no te hagas, desde hace un tiempo estas como si nada, ya no hablas de tu amorosa vida con tu padre, es como si te hubieras olvidado de que existe –por favor! Yo no me olvide de nadie, aparte tu no eres nadie para hablar de mi vida de esa forma, mis sentimientos son mios, a caso pretendes manejarlos? No puedo sentir tristeza toda una vida, es mas, mi padre deberia de estar contento por mi…

-si porque no sabe lo que haces aquí…- Annet siguió, mientras tomaba una hoja y una pluma, la cual cargo con tinta de un pequeño contenedor, Blondii habia dejado bruscamente el vestido tirado sobre un sillon –y tu? No me digas, dejaste a Bill tirado ahí… claro el joven desaparece y tu aquí coquetenado con quien sabe…

-que?!...- Anna se incorporo brusacamente –escuchame, yo no estoy mostrandole los tobillos a nadie, y mucho menos si Bill no me hubiera prometido desposarme!...- las demas se quedaron boquiabiertas al escuchar eso –Anna, Bill el campesino pobre te iba a desposar?...- dijo asombrada Amy

–si que si… con la forma en que se miraron el dia que lo fuiste a ver… ay… se notaba que eran tal para cual…

-si, si, a caso te daba celos que el campesino prefiriera a una dama de compania de la princesa que a una que trabajaba la tierra?

-eres tan graciosa, y te contradices…

-contradecirme de que?... como sabes que yo estoy pretendiendo a otro joven que no sea el pastor?... en cambio tu… eso si te deberia dar vergüenza…- Anna miro a las demas, quienes solo miraban y escuchaban lo que las jovencitas tenian para decirse –vamos Blondii, por que no le cuentas que hace unas noches el conde y tu estuvieron hablando, tal vez el sea la razon por la cual quieres dejar todo de lado…- Amy miro a Blondii –el… conde Kaulitz?...- pregunto levantandose –que te dijo?…- preguntaba la princesa desconcertada

–yo…- Bones se habia quedado sin palabras, que le podria decir a Amy, sin que se agarrasen de los pelos? –Amy, solo era una conversación

-mas que conversación, yo pense que era otra cosa… Blondii, no hagas cosas de las que te puedas arrepentir…- dejó la pluma sobre la mesa muy enojada,

-escribe tú la carta…- dijo de mala manera, y se fue.

52

Caminaban por un sendero las jóvenes, Amara, July, Ara, Alba e Isabelle, esa solo era uno de los tantos paseos que podían dar las señoritas, hablando, riendo, pues casi nada las preocupaba, excepto el baile
-Isabelle… entonces nos imaginamos que asistirás al baile con Sir Schäfer
-no creo que eso sea muy posible… Sir Schäfer tendrá otros asuntos mas importantes
-que tan importantes pueden ser esos asuntos teniéndote a ti…- decía July corriendo hacia un árbol que había por allí –July tiene razón, muy pronto serás su esposa…- Ara y Alba corrían detrás de July dejando a Isabelle con Amara, quien dijo –reservo mis comentarios- y sonrió –se que todo esto, de ti y Sir Schäfer te ha tenido sin dormir, y ahora que finalmente estas con el…- e izo una pausa, las dos se miraron y sonrieron –ya veras el tiempo pasara, y cuando menos te des cuenta tu y el serán inseparables…- dijo Amara yendo hacia en donde estaban las demás…

-esto, se come?...- preguntaba Ara tomando del suelo lleno de ojas secas una extraña baya de color rojo –eso?...- Amara lo tomo y lo observo detendidamente, con sus uñas abrio la pequeña fruta y comenzaba a salir la pulpa –no se… pero seria mejor no intentar comer esto…
-Amara tiene razon, quien sabe si sea venenosa…- advertía Alba.
–oye un momento…- las interrumpia July en el debate de si era o no venenosa la fruta
–pasa algo?...- preguntaba Isabelle –escucharon eso?...
-que?...- July miraba hacia todas direcciones –shhh…- trataba de silenciarlas July… eso, sonaba como una corriente de viento, que pasaba por el sendero, unas cuantas hojas se movian –de seguro es el viento, tal vez esta noche llueva…- decia Alba –claro… es muy propicio para la época…- Ara tenia razon, estaban en otoño…
-pero…- July volvio a mirar –era, como alguien que dijo algo…- estaba un poco extrañada la joven –seguro fue tu imaginación…- Alba trataba de calmarlas, por que a ese punto, las demas se habian quedado como algo preocupadas, ¿a caso pensaban que habia alguien mas en el sendero? Si no habian visto a nadie mas por ahí.
-esperen…- Amara reacciono –estamos lejos de nuestras casas…
-que dices Amara… si solo caminamos…- entonces Isabelle se daba cuenta también
–desde hace cuanto que estamos caminando?- pregunto Ara –de alguna u otra manera, esto no pertenece, nada pertenece aquí…- comenzaba a caminar Amara
-oye, me estas asustando, a que te refieres?
-July, mira esas bayas, de donde salieron, si aquí no hay ningún arbusto que las de? Y estos árboles, el sendero… es como la entrada a un… bosque…
-que dices?...- no puede haber un bosque tan cerca del reino… tendríamos que haber pasado de alguna u otra forma por las aldeas… deberíamos haber visto en el camino a los cultivadores…- decia Isabelle –no…
-no que?...- todas miraban a Amara –yo se de un lugar en donde los campesinos no habitan esas tierras…
-eso es imposible… Bill me dijo que el reino esta rodeado por casas y campesinos…-
-July eso siempre dicen… tal vez haya un lugar… en donde se puedan escapar… cosas asi…- decia Ara –yo conozco ese lugar, porque la primera vez que vi al Conde Kaulitz fue alli…
-en serio?...- dijo como no creyéndole Isabelle –es verdad… la cuestion es que el me dijo que nadie habitaba ese lugar porque alli no se puede vivir
-estas loca mujer…
-July!... es verdad… ese lugar es muy parecido a este, árboles de gran tamaño, hojas secas por el suelo, y no hay señales de vida alguna
-Amara… debes calmarte, no es que no te creamos… pero parece un poco fantasiosa tu teoría… la de Bill… dime, porque es que este sendero existe? Seguramente alguien pasa por aquí, de otra manera, todo esto seria un territorio salvaje… tal vez este no sea el lugar en donde encontraste a Bill…- las demás asentían con la cabeza, pero Amara se quedo como pensativa mientras July le hablaba –creo que será mejor que nos vayamos antes que nos llegue la noche…- termino diciendo July y las demás caminaban de vuelta a casa.


51

Caminaban por un sendero, hablando de cosas… menos de la que el queria hablar, entonces interrumpió –Isabelle…- dijo Gustav –pasa algo?...
-por mas que e intentado… la espera es imposible… solo quisiera que me respondas, pero pareces no oírme
-claro que te oigo… pero esto… simplemente es… difícil
-es difícil dejar que tu corazón por primera vez en la vida te diga lo que es correcto?
-no… es difícil escuchar mi mente… que me grita que en algun momento te perderé, y realmente no lo quiero asi…
-nunca me perderás…
-no jures algo que no podrás cumplir…
-sabes que te dije que jamás te mentiría, a caso no confías en mi?
-claro que confío… pero…
-entonces…- dijo arrinconándola contra un árbol –entonces dime me desposaras, que dejaras que te haga feliz hasta el ultimo respiro…
-como poder responder a tal pregunta, si con solo tenerte a mi lado siento que muero, para volver a vivir, pero esta vez en el sueño mas bello
-dejemos de dar vueltas sin sentido, por primera vez, solo existamos nosotros dos, sin nadie a nuestro alrededor… solo nuestro amor…- ella lo abrazo, dejando caer una lagrima dijo –nunca rompas tu promesa…
-no lo hare
-nunca dejes de amarme
-tenlo por seguro
-entonces te acepto… acepto que formes parte de mi vida, que juntos recorramos este nuevo camino…- y se miraron fijamente.
-no llores…- dijo Gustav secando sus lagrimas –siento haberte hecho llorar…
-este llanto no es a causa de ti… es por que al fin libre la atadura de mi corazón…- el suavemente acariciaba su cara y le susurro al oído –eres mi ángel… nunca dejare que te hagan daño… moriría por ti…-

Atardecía, estaban frente a un lago, los últimos rayos de sol iluminaban aquel bello paisaje.
Isabelle y Gustav estaban sentados sobre el césped, mirando la puesta del sol, cuando el le tomo la mano –espere tanto tiempo para darte esto…- dijo, ella lo miro, mientras el sacaba del bolsillo de su chaqueta. Y dejaba ver en la palma de su mano, un bello collar con un dije de piedras preciosas –algún día, nos casaremos… pero con esto me aseguro que ese día llegará y me dirás que si frente a todos los testigos de nuestro amor…
-descuida, ese día vendrá…- termino diciendo ella, y finalmente, su amor quedo sellado en el tierno beso de aquel bello atardecer. 
  
  

50

-crees que este esté bien?...- preguntaba July a Amara –pero es precioso!...- dijo Amara mirando el vestido que estaba sobre la cama –mi madre lo mando a hacer- explicaba la joven –realmente te lucirás en el baile
-y tu también… el vestido que compraste es bellísimo
-bueno… yo que viví vestida con harapos, cualquier vestido es lindo para mi
-Amara, recuerda que ya no es así… iras al baile, con migo y con las chicas!…

-July… unas chicas vinieron a verte…- dijo su madre, las dos bajaron.

-hola…- saludaba Rozembauer, estaban en la sala Alba y Ara –hola Amara, hola July…
-madre, ellas son Alba y Ara de Jesús… las nuevas vecinas
-mucho gusto señora…- dijeron las jovencitas haciendo una reverencia –que placer tenerlas aquí… la verdad que no recibimos jovencitas en la casa… July no tiene muchas amigas
-e Isabelle?
-ella se fue a dar un paseo con Sir Schäfer…- dijo Ara como insinuando otra cosa
-bueno chicas yo las dejo, cualquier cosa me avisan si? Siéntanse como en casa- dijo la madre de July, pues ya sabia que las chicas tenían que conversar asuntos… en realidad conversar sobre Isabelle.

-pero a caso Sir Schäfer es tan lento?
-no Amara, lo que pasa es que Isabelle es la insegura
-como es eso?...- preguntó July a Ara –mira, Gustav realmente quiere estar con Isabelle, pero ella esta un poquito indecisa
-pero Sir Schäfer no se rinde…- dijo suspirando Alba –es un caballero, si tan solo vieran como el la mira
-y ya quisiéramos nosotras que un hombre nos mire de tal manera…- Amara decía un tanto seria –tranquila… lo que pasa es que Amara tiene un amor no correspondido
-y tu?... si tan solo supieran que amamos al mismo hombre…- decía replicando Rozembauer –tienes razón…- y todas reían.
 
  

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