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“…Si supieras que a veces me quitas el sueño, no quiero dormir, solo por miedo a despertar y perderte, como lo hice una vez, como lo hice ayer… moriria si no tengo tu mirar. Quisiera besarte como aquel dia, pero inevitablemente mi debil corazon se detendria, lo mas extraño es que los demas seguirían caminando, porque se que todos vamos hacia un mismo destino, solo caminamos a nuestro final, entonces yo caminaria ciegamente, dando pasos sin ningun sentido para mi… y si los dioses te pusieron en mi camino, no fue solamente para ser feliz, en este momento siento tanta tristeza, la melancolia es mi mejor amiga, el odio de no tenerte me acompaña y el amor que siento siempre me susurra al oido…”
-Conde…- decia la joven Alex despertando a Kaulitz –mm?...- el solo abria los ojos, entrecerrándolos un poco, pues la luz que entraba por el gran ventanal le incomodaba
-es hora de levantase…- e iba a la puerta –Alex…
-si?- dijo ella dando media vuelta –a caso me estabas hablando antes de despertarme?...- pregunto el muy confundido –no… a que se refiere?…
-leyendo algo en voz alta? Recitando un poema…
-no… solo viene a despertarlo, se hace tarde, debemos irnos…- y se fue
“que habra sido? Por que esa extraña voz?” se preguntaba el joven.

-y bien… el conde Kaulitz bajara a desayunar?...- preguntaba Tom –en un momento...- respondia Alex sentandose –pobre, ha de estar exausto… últimamente izo muchos viajes, y anoche se quedo despierto hasta tarde…- mencionaba Tey
–y tu como sabes?... – pregunto curiosa Claire –yo… pues, es que anoche no podia dormir, y la joven Ericka me invito a tomar una taza de te… en mi vuelta a la habitación me cruce con el conde… eso es todo…- aclaraba Tey ante la duda de Claire. Ericka rio –a caso te ibas a poner celosa al saber que Kaulitz paso la noche hablando con Tey?...- y tomaba un sorbo de jugo –yo? Por supuesto que no, cada uno sabe lo que hace… y tiene derecho a hablar con quien se le de la gana…- decia la señorita Smith –en ese caso, la dama tiene razon, cada uno es libre de expresar lo que sinte…- Tom miraba a Ericka. Mientras por la mente de Claire pasaba “con que el principe tiene ganas de estar con la jovencita Hirsch…”

Bill entraba a la sala, todos estaban tomando el desayuno –siento la demora…
-no se preocupe conde Kaulitz…
-usted Claire, tan atenta como siempre…
-y… a caso esta escribiendo un libro?...
-como dice?- dijo el asombrado por la pregunta de Smith –Tey nos conto que usted se queda hasta altas horas de la noche despierto…
-ah… pues… no, no estoy escribiendo un libro…
-entonces?...- pero Ercika golpeo con su pie a Claire, como para que dejase de ser tan entrometida con el conde –solo me gusta pensar… y de noche es el mejor momento…
-oh… que bien…- y se calló

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