19-

-padre ha pasado algo?...- preguntaba Claire Smith, la hija de Franz, el primer ministro –no…- contesto –vamos… yo seque si, no me mientas…
-es que es un secreto… firme un papel que me prohíbe contárselo a los demás
-ni a mi?...- decía ella poniendo su carita de niña buena –lo siento Claire…
-esta bien… solo pasaba para verte, y avisarte que pasare el fin de semana con Ericka, es su cumpleaños
-esta bien, por favor mándale mis saludos… necesitas algo? A donde Irán?
-iremos a la casa del lago, la que tiene su padre
-valla que a el padre de Ericka las cosas le salen bien
-como dices eso? El tiene casi tu mismo titulo, aparte son buenos amigos…
-si, lo se… pero el es segundo ministro de la corte… hay veces en las que desearía que Steven Hirsch estuviera en mi lugar… pero dejemos de lado el tema, ve y diviértete…
-eso haré…- la joven salio de la oficina de su padre, ubicada en el palacio real.

-buenos días señorita Smith… dijo Bill, ella rápidamente se volteo, -Conde… que esta usted haciendo por aquí?
-vine a dejar la recaudación mensual al rey… y de paso hablar con su padre…
-ah… en serio? y… se puede saber? Es que últimamente ha estado un poco raro… me dijo que era un secreto, que nadie lo podria saber…
-creeme, el sabe lo que dice
-es que usted conde Kaulitz, sabe algo de eso?
-digamos que si…
-y… no me podria contar, al menos algo?, vera estoy muy preocupada por el…
-usted quedese tranquila, no le pasara nada, estamos haciendo las cosas bien, y como deben ser…
-si usted me lo dice…- ella se acercaba mas a el –no se preocupe…- ella lo miro a los ojos, alzando la cabeza, claro esta, después de todo el Conde Kaulitz era bastante alto, (casi media un metro ochenta). –le doy mi palabra…- dijo el joven separándola y luego tomo su mano y le dio un beso –adios…- se habia despedido Bill, y siguió su paso hasta la oficina del primer ministro.

-mira que mis ojitos no pueden creer lo que han visto…- dijo Ericka Hirsch que miro la escena completa detrás de uno de los pilares del castillo –y yo tampoco…- repondio Claire, como si las dos hubieran visto al mismísimo angel Gabriel. –y?... dime, que crees que le dira el conde Kaulitz a tu padre?
-no lo se, y te digo, los dos estan raros últimamente
-y si el le pidiese tu mano?
-seria lo mas maravilloso que me podria pasar!...- dijo emocionada Claire, y las dos se iban del castillo.

-Ericka, solo escucha, pues es muy bien sabido que la madre del conde Kaulitz le va a buscar una esposa
-pero son puras habladurías, tu crees que el joven Kaulitz dejara que le digan con quien tiene que casarse? Lo que yo se muy bien es que el se casara con la mujer que el ame… y tal vez esa seas tu…

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